1. Cuando te compres unos modelos de zapatos, no te deshagas absolutamente de nada. Guarda la caja, las etiquetas de composición, la garantía y los certificados de autenticidad en el caso de que compres modelos de marca. Deja también en la caja el papel con el que viene envuelto, la funda de viaje y las hormas de goma-espuma o de cartón que traen algunos modelos de botas. Todo ello te va a servir a la hora de ir guardando tus zapatos de temporada.
2. Si dispones de un closet abierto o un vestidor con baldas, deja en este espacio solo los que vayas a utilizar en tu rutina diaria. Debes saber que en este tipo de estructuras suele acumularse el polvo (aunque sea un espacio cerrado) con el consiguiente daño para tus zapatos. Guarda en cajas los modelos que luces de vez en cuando o los que son de otra temporada.
3. Sigue un orden y una organización. Clasifica las cajas por tamaño y deja bien claro qué es lo que está (o debería estar porque se encuentra en el vestidor de uso diario) dentro de la caja. Si tienes muchos y algo de tiempo, coloca una fotografía del producto. Si esta tarea te supone un esfuerzo considerable, rotula el modelo al que pertenece la caja.
4. Nunca, y bajo ningún concepto, guardes tus zapatos sucios. Si así lo haces, seguramente acabarán deteriorándose muy pronto. Las manchas se incrustan conforme avanza el tiempo y luego te va a ser muy difícil sacarlas sin que sufra el material con el que está hecho. Quita todo el polvo, los restos de suciedad de tacones y suelas. Límpialos con un paño humedecido con jabón neutro por el interior. Si los zapatos son de piel aplica una capa de betún incoloro o del tono del cuero. Si son de tela, lávalos con agua limpia y déjalos secar.
5. Nunca metas en una caja calzado húmedo. Tampoco los guardes junto a tuberías o lugares donde se forman moho. Asegúrate de que todo alrededor y en el interior de las cajas está completamente seco.
6. El cuidado se acaba notando, así que mima tus zapatos. Haz con papel blanco suave la forma de la puntera y rellena los huecos con varias bolas. Esta es la opción más económica. Si tienes zapatos de marca (unos Manolo Blahnik o unos Ernesto Esposito, por ejemplo) que quieres guardar para la temporada siguiente, puedes hacerte con unos pernitos de madera de cedro. Este sofisticado elemento mantienen la forma mucho mejor que las bolas de papel y además perfuman sandalias, salones, manoletinas e, incluso, zapatillas deportivas, absorbiendo, a la vez, el sudor. El único problema es el precio. Suelen rondar los 10 dólares la unidad, aunque puedes solucionar este inconveniente utilizando los pernitos de madera solo para tus mejores zapatos. Envuélvelos a continuación, mételos en la bolsa de viaje, si dispones de ella, y acomódalos en la caja.
7. No dejes que se arruguen tus botas. Hay que tener especial atención con las de caña alta. Por eso es de utilidad las hormas de goma espuma o de cartón del fabricante. Colócalas en su sitio y sigue los consejos dados para sandalias, tacones y otros modelos. Como las cajas de las botas suelen ser las más grandes, a la hora de organizar, colócalas debajo del todo.
8. Nunca apiles más de cuatro cajas. De lo contrario te arriesgas a deformar, por la acción del peso y la gravedad, tus preciados modelos. Si dispones de un espacio con altura, divídelo con una estantería o busca un armario sencillo de madera que puedes hacer tú mismo.
9. Guarda tus zapatos en un lugar seco libre de polvo, de humos y de humedades. Si no dispones de espacio en casa y decides almacenar tus preciados modelos en un trastero, asegúrate que no haya roedores ni polillas.
10. Haz una clasificación. La más esencial es por usuario (los de papá, mamá y los niños). Ten en cuenta también las dos temporadas (primavera-verano y otoño-invierno) y la ocasión (ceremonia, días especiales o deportes). Deja más a mano los que va a utilizar con frecuencia. Si tienes niños de varias edades, un orden te ayudará a encontrar modelos que pueden servir a varios hermanos, aunque no es aconsejable que los pequeños “hereden” los zapatos de diario.
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